viernes, 11 de noviembre de 2011

PREPARACIÓN DE UN GOYOMATSU PARA LA KUKUFU

Siempre buscando encuentras cosas interesantes, el árbol perfecto no existe, pero hay trucos para disimular sus fallos y potenciar sus virtudes, en este articulo sacado de una web explicaré como prepararon un pino de cinco agujas para presentar en la prestigiosa exposición.

El estilo del árbol, que generalmente implica el recorte de ramas, el cableado y trasplante, se realiza por lo menos uno o dos años antes de presentarlo, solo se deja el trabajo de detalle fino para uno o dos meses antes de presentarlo a juicio, solo pasan el corte un 40% de árboles presentados.

Este pino es espectacular pero no lo suficiente para una exposición de ese nivel.


El primer trabajo fino, que consumirá la mayoría de tiempo era la limpieza de las agujas, es un proceso sencillo, se quitan las agujas viejas, las dobladas o rotas, pero no hacerlo le da al árbol un aspecto descuidado no apto para presentarlo.


Hay dos enfoques básicos para la limpieza de agujas, uno es más conservador, se cortan las agujas no deseadas por la base con unas tijeras, dejando el brote intacto, el segundo es sacar las agujas tirando de ellas con las manos o unas pinzas, pero esta especie es singularmente delicada, al tener agrupaciones tan grandes de aciculas corremos el riesgo de dañar la corteza, por eso se debe proceder con sumo cuidado, ya que podemos dañar la rama.
La decisión fue muy estudiada, el árbol estaba muy exuberante y con las tijeras, las posiciones que debíamos adoptar al cortar podrían producir demasiados daños colaterales, a causa de operar en una zona con poca movilidad, y se opto por sacar las agujas con unas pinzas largas y delgadas, un proceso que parecía menos intrusivo, pero que comportaría mucho tiempo de aplicación.


Las agujas fueron sacadas manualmente una por una, el proceso tomó cerca de cuatro días en completarse.

Los pinos tienen una madera bastante blanda, con frecuentes jins i sharis que le dan un aspecto envejecido, pero en este ejemplar, una pequeña parte de shari en el tronco principal empezó a pudrirse y toda la madera dañada se tubo que retirar, eso comporto la aparición de este agujero que dañaba la estetica del árbol.

Decidieron una solución para camuflar ese defecto y salieron a la montaña en busca de musgo del que crece en los árboles en zonas humedas, recolectaron varios tipos de liquenes.


Se raparon los liquenes con colores mas anaranjados porque el contraste les parecía demasiado visible.


Esta parte es bastante complicada de entender, pensad que esta en japonés, primero provarón de hacer una pasta con cemento, pero ni la textura que conseguian ni el color era el apropiado, la mezcla a utilizar (puedo equivocarme) fué con musgo, polvo de akadama y arcilla, el musgo se paso por un colador antes de mezclar.


Se añadió agua a la mezcla y la sustancia resultante tuvo una textura parecida al chocolate, su aplicación no comporto muchos problemas.


Se disimuló el defecto tapandolo con la mezcla.


El mugo cuidadosamente se fue empapando de agua para poder manipularlo sin que se rompiese.


Y como si de un rompecabezas se tratase se coloco con sumo cuidado encima de la mezcla aplicada al árbol.



Poco a poco se va rellenando creando una sensación muy natural, siguiendo la linea del shari, la correcta elección del color del musgo era imprescindible para que no llamara la atención.


Finalmente, el musgo en el suelo con un correcto cultivo crece sin problemas, pero en las zonas donde hay bolas de abono el musgo muere y deja unos circulos nada esteticos.


Esta operación fué muy facil, seguir rellenando con musgo del extraido en la montaña.


Cuando el proceso finalizó daba la sensación de una capa de musgo envejecido que aportava caracter al árbol.


El resultado final es la diferencia entre lo bueno y lo excelente, los detalles están cuidados hasta su máxima expresión.


Finalmente el árbol paso el corte y fue presentado en la kukufu.

Espero os haya gustado.

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